La Leyenda
Sant Jordi y el dragón: Esta es la leyenda más famosa de Cataluña. Sant Jordi fue declarado patrón de Cataluña por las cortes catalanas en 1456. Aunque no existen fuentes históricas que demuestran su existencia, el mito lo sitúa en el siglo III. Nacido en Capadocia, fue decapitado durante la persecución de los cristianos bajo el mandato del emperador romano Diocleciano.
Es, sin embargo, en el siglo IX que nació la leyenda. En Capadocia hubo un terrible dragón que atacó el reino y a los residentes. Éstos, asustados, dieron de comer al dragón dos corderos al día para saciar su hambre, pero cuando los animales se acabaron, se decidió a "entregar" al dragón una persona, por sorteo. La primera resultó ser la princesa. Cuenta la leyenda que Sant Jordi salvó a la princesa de las garras del temible dragón, matándolo con su espada. De la sangre que brotaba de la herida, creció una hermosa rosa roja.
Por este motivo, en Cataluña (pero también en las Islas Baleares y en la Comunidad Valenciana), durante la celebración de Sant Jordi el 23 de abril, las calles están llenas de rosas (2 millones en Barcelona y unos 6 en toda Cataluña) y los hombres regalan una rosa a su pareja. A cambio, como un signo de reconocimiento, se les regala un libro.
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Las representaciones de dragones
¿Sabías que muchos siglos atrás de Barcelona fue denominada Drakcelona? Sí, sí. Hoy en día, después de muchos años de silencio, los dragones se esconden en cada rincón de la ciudad, listos para ser descubiertos por los transeúntes, los ciudadanos, y los turistas. ;P
En la capital catalana se pueden admirar muchos especímenes. De hecho, el dragón es una bestia fantástica y cada artista, con los años, ha creado una obra de manera diferente de acuerdo a su imaginación. Por otra parte, también se dice que los dragones orientales (que no tienen alas, pero vuelan) son bondadosos, mientras que los dragones occidentales son seres malignos.
En Barcelona los puedes encontrar en diferentes colores, tamaños y formas. Algunos de ellos tienen grandes mandíbulas, mirada feroz y afiladas garras; otros, sin piernas y sin alas, lucen un aspecto más elegante y menos amenazante.
Están hechos de piedra, hierro forjado, madera, mosaico y se encuentran en lugares inesperados como las esquinas de los balcones, camuflados entre las farolas o en las manijas de las puertas, en los canalones... Algunos están representados solos, otros, junto a Sant Jordi.
La iconografía del dragón ha cambiado mucho a lo largo de los siglos, y la figura de este ser mitológico ha influenciado con fuerza la época modernista, ya que lo vieron como un ser exótico.
Caminando por las calles, de hecho, se encuentran representaciones de dragones que se remontan a la Edad Media, como en el Barrio Gótico, cerca de la Catedral, pero también hay muchas representaciones de rasgos modernistas, especialmente en los edificios del Eixample.
Como ya he dicho, hay grandes figuras y otras más pequeñas. El dragón más grande parece estar en el Parque de la España Industrial, de unos 32 metros de largo y un peso de 150 toneladas, mientras que el más pequeño resultan ser un par de dragones en los tiradores de las puertas del Pati dels Tarongers, en el Palau de la Generalitat (10 cm y sólo 100 gramos).
Uno de los más curiosos y fotografiados, pero, es el dragón chino en la Casa de los Paraguas, una construcción premodernista en las Ramblas. Es un dragón bueno que vigila los cielos, trayendo lluvia y el control de los ríos, según las leyendas orientales.
Los dragones de Gaudí
Gaudí también homenajeó al dragón al realizar dos representaciones particularmente llamativas, como en su estilo, de hecho ;). Uno de ellos es el dragón del Parc Güell creado en trencadís (una técnica que consiste en la aplicación de fragmentos de cerámica o piezas de vidrio cortadas en forma irregular para cubrir una superficie).
La otra, quizás menos conocida, se trata de una puerta de hierro forjado en la entrada de los Pabellones Güell en la zona alta de Barcelona en el barrio de Pedralbes (Av. de Pedralbes, 7).
Los edificios de Gaudí
En otros dos edificios, Gaudí fue aún más lejos al mostrar la alegoría de Sant Jordi, pues: El propio edificio representa la leyenda. Es el caso de la casa Batlló. Tal como se puede ver en este fantástico vídeo, ¡el techo es un dragón!
Pero no es el único edificio de Gaudí con esta bestia camuflada entre los muros y ventana. La nueva Torre Bellesguard también guarda sus propios secretos en lo más alto de sus torres ;).
¿Estoy yendo demasiado deprisa? Tranquilo, que en Barcelona se organizan visitas temáticas para descubrir a los dragones y animales fantásticos que caracterizan la ciudad; para conocer los secretos mejor guardados, las mitos y las historias de los barrios más antiguos... ;) Por lo general, el recorrido se inicia en el Parque de la Ciutadella, y continúa por el parque para dirigirse hacia el Born, luego al Barrio Gótico, la Catedral y, finalmente, las Ramblas. Aquí puedes consultar todos los detalles.
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El dragón en las Tradiciones Catalanas
No sólo tenemos el dragón de Sant Jordi, sino que tambiés resulta ser el protagonista de una de las tradiciones más espectaculares de Cataluna: Los Correfocs, un tradicional baile del siglo XII que representa la lucha entre el bien y el mal que cuenta hoy en día con temibles dragones que escupen fuego... literalmente! ;)
¿Conocías que todas estas historias sobre los dragones en Barcelona? Espero que hayas disfrutado con el artículo y ahora, ¡¡listo para la caza!!
